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Francia prohíbe los vasos de plástico

Francia prohibirá a partir del 2020 el uso de cubiertos de plástico.

El uso del plástico está ampliamente extendido en el sector de la alimentación. Sin embargo, cada vez más numerosos estudios científicos ponen en cuestión el uso del plástico para uso alimentario debido a la posibilidad de que parte de los componentes se migren a los alimentos y puedan provocar enfermedades a largo plazo. Por otro lado está el problema de la degradación de los plásticos, ya que pueden tardar entre seis meses y 600 años en degradarse, dependiendo del tipo plástico.

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Todo ello ha llevado a Francia a prohibir a partir del año 2020 el uso de cubiertos de plástico, y sustituirlos por elementos fabricados en un 50% con sustancias biodegradables procedentes de materias orgánicas, como el almidón o la fécula de patata. Y a partir del 2025, ese porcentaje será del 60%.

El problema y a la vez reto que se le presenta a la industria es muy importante, ya que el plástico se usa en prácticamente todos los alimentos que se venden envasados, con lo que habrá que desarrollar nuevos productos que sean biodegradables y seguros para el consumidor.

La guerra al plástico en los alimentos comenzó con la prohibición de regalar bolsas de plásticos en supermercados. Ahora Francia ha iniciado una nueva etapa que más tarde o temprano será aplicada por el resto de países europeos, obligando a la industria a que pise el acelerador en la busca y desarrollo de envases más saludables en términos de seguridad alimentaria y medio ambiente, si bien es cierto que si a medio plazo no se logra desarrollar envases a un coste razonable, o que indirectamente no suba el coste de otras materias primas, como pasó en Brasil con el etanol, nos podemos encontrar con productos con un envase más caro que el contenido.

Lo que sí está claro es que la seguridad alimentaria y la protección del medio ambiente deben primar sobre cualquier otro aspecto, lo que nos lleva a pensar que si a medio plazo no encontramos productos sustitutos del plástico, tendremos que volver al concepto de “reutilizable” de una forma más enérgica y menos simbólica.

 

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